Resumen General del Pensamiento Apologético de Gordon Haddon Clark

“El proceso de reductio debe serle explicado. Hay dos partes de este proceso. Primero, el apologeta debe mostrar que los axiomas del secularismo se contradicen en sí mismos…Luego, segundo, el apologeta debe exhibir la consistencia interna del sistema Cristiano. Cuando estos dos puntos han sido aclarados, el Cristiano debe instar al incrédulo a repudiar los axiomas del secularismo y aceptar la revelación de Dios. Esto es, al incrédulo se le requerirá que cambie su mente completamente, que se arrepienta. Este tipo de argumento apologético…[no] niega que, de hecho, el arrepentimiento solo viene como un don de Dios.”[1]

            Antes de comenzar, hay que empezar por entender que Gordon H. Clark[2] antes que apologista era un filósofo, y es a partir de ese enfoque que él enfrenta de forma apologética el resto de las cosmovisiones.

            Para entender el pensamiento de Clark[3] hay que entender, primero, su pensamiento cosmovisional y luego su epistemología. Respecto de lo primero, Clark sostiene que todo individuo, sin excepción, ya sea consciente o inconscientemente, entiende el mundo que le rodea a la luz de ciertas premisas o creencias (presuposiciones[4]) que, luego de inquirir profundamente, procederán de un primer principio con pretensiones axiomáticas[5]. En palabras sencillas, todo individuo presupone una cosmovisión que asume como verdadera y confiable interprete de la realidad[6].

            Teniendo en mente lo anterior, procede preguntar ¿Cómo es que llegamos a conocer este primer principio? Es decir, pasamos al terreno de la epistemología. En este punto, Clark nos dice lo siguiente:

“…un asunto inmediato, referente tanto a epistemología como a teología…es la imposibilidad de conocer a Dios de otra manera que no sea por revelación…o la revelación es aceptada como axiomática o no hay en absoluto conocimiento de Dios.”[7]

            De lo anterior entendemos lo siguiente: Clark era no solo un apologista presuposicional, sino un Cristiano presuposicional. Su insistencia en que toda nuestra cosmovisión parte por la revelación de Dios y que ésta tiene el monopolio de la verdad debido a Su Autor, llevó a que su posición fuese llamada Escrituralismo. Como se mencionó anteriormente, su cosmovisión parte asumiendo, o presuponiendo, que la Biblia es la Palabra de Dios:

“Nuestro axioma debe ser, Dios ha hablado. Más completamente, Dios ha hablado en la Biblia. De manera más precisa, lo que la Biblia dice, Dios lo ha hablado.”[8]

            Especifiquemos un poco las cosas: como Clark afirma que toda cosmovisión parte de un primer principio, entonces se concluye de esto que este primer principio debe ser necesariamente axiomático, es decir, debe justificarse a sí mismo; si no fuera así, no sería primer principio y, a su vez, debido al problema de la regresión infinita de justificaciones, el conocimiento sería imposible. Puesto que este primer principio es primero, entonces tampoco puede ser la conclusión de un argumento, y es en este sentido que Clark afirma que este primer principio debe ser indemostrable. Si bien este primer principio es indemostrable en el sentido de que su justificación no se puede hallar fuera de sí mismo, esto no implica que este primer principio no pueda justificarse: su justificación se encontrará en sí mismo, es decir, su ontología y sus propias premisas harán posible su existencia y justificarán racionalmente la decisión de asumirle como tal.

            Es en este punto en donde la apologética de Clark puede ser entendida de mejor manera: como toda persona parte de un primer principio con pretensiones axiomáticas, el Cristiano, entonces, también tiene derecho a sostener un primer principio con pretensiones axiomáticas. El primer principio del Cristiano es la Biblia es la Palabra de Dios, un primer principio que el Cristiano sostiene por la obra del Espíritu Santo en él (1 Corintios 2:14-16; Juan 10:27). Nuestro primer principio, en cuanto a contenido, tiene toda la información necesaria que hace posible su existencia y, a su vez, nos permite entender la realidad a la luz de Su Creador, debido a que el Autor de la Palabra es Dios mismo y, ergo, por necesidad Su Palabra será verdad.

La pregunta, entonces, es ¿Satisfacen las otras cosmovisiones las precondiciones necesarias y suficientes para hacer posible sus existencias y justificar la realidad de sus pretensiones axiomáticas? A través de una reductio ad absurdum[9] el apologeta debe, entonces, asumir la cosmovisión del oponente y, a través de unas pruebas, demostrar a la luz de sus propias premisas si su existencia es posible (Proverbios 26:4-5). Asumiendo, entonces, la cosmovisión del oponente, se le aplican pruebas de consistencia interna, de tendencia al escepticismo, de poder explicativo, etc. a fin de probar que, en términos finales, la cosmovisión del oponente hace imposible entender la realidad que le rodea.

Con referencia a esto, y en términos apologéticos, el énfasis de Clark, a diferencia de Van Til por ejemplo, es epistemológico, no metafísico. Clark parte de la idea básica de que antes de hablar de ontología y metafísica, primero hay que conocerlas, es decir, hay que partir por la epistemología. No puedo hablar de Dios sin primero saber del Dios sobre el cual quiero hablar[10]. La revelación, entonces, tiene prioridad en la mente de Clark, y en términos apologéticos esto se traduce en el hecho de que Clark atacaba a sus oponentes principalmente demostrando que sus cosmovisiones hacían imposible el conocimiento. Es sabido de aquellos que conocen algo de Clark que él era altamente anti – empirista, es decir, sostenía que el conocimiento (entendido como verdades filosóficas) es imposible a partir de la experiencia de los sentidos. Si el primer principio de una cosmovisión es el ver para creer, es decir, que el conocimiento viene solo a través de la experiencia sensorial, entonces esa misma premisa (es decir, que el conocimiento viene solo a través de la experiencia sensorial) debe ser sensorialmente experimentable a fin de poder justificarse a sí misma. La pregunta es, si el conocimiento viene solo a través de la experiencia sensorial, entonces ¿Dónde está esa premisa para poder experimentarla sensorialmente? Porque la expresión es proposicional, y una proposición por definición no es sensorialmente experimentable. Ergo, el empirismo, por cuanto no tiene en sí mismo las precondiciones necesarias y suficientes que hacen posible el conocimiento, colapsa en escepticismo y, por lo tanto, no puede ser tomado como primer principio de ninguna cosmovisión. En lo anterior vemos la apologética de Clark en acción.

Ya para terminar, la apologética de Clark puede ser resumida en los siguientes puntos:

  1. Todo individuo entiende la realidad que le rodea a la luz de creencias que presuponen un primer principio con pretensiones axiomáticas.
  2. El Cristiano no es ajeno a esto, y su primer principio es: la Biblia es la Palabra de Dios. En otras palabras, el Cristiano entiende la realidad que le rodea a la luz de las verdades que aprende de la Palabra de Dios, Palabra que asume o presupone como verdadera por causa de Su Autor.
  3. A la luz de esto, y entendiendo que toda cosmovisión sostiene un primer principio con pretensiones axiomáticas, esas pretensiones son cuestionadas a través de pruebas internas, para demostrar si es posible su existencia misma o colapsa en el escepticismo.
  4. En términos positivos, el Cristiano demuestra a través de las premisas de su propia cosmovisión que ésta pasa las pruebas, e insta al incrédulo a abandonar sus ideas y abrazar la cosmovisión cristiana, partiendo por el Evangelio de Jesucristo.
  5. Se ruega a Dios que abra el corazón del incrédulo para que, viendo las maravillas de Su Palabra (Salmo 119:18), se arrepienta y crea en el Evangelio, pues al final la salvación está en Sus manos.

“La inferencia es esta: nadie puede objetar de manera consistente que el Cristianismo se base en un axioma indemostrable. Si los secularistas ejercen el privilegio de basar sus teoremas en axiomas, entonces los Cristianos también pueden. Si los primeros rechazan aceptar nuestro axioma, entonces no tienen ninguna objeción lógica en contra de que nosotros rechacemos los de ellos. En concordancia con esto, nosotros rechazamos la misma base del Ateísmo, el Positivismo Lógico, y, en general, el Empirismo. Nuestro axioma debe ser, Dios ha hablado. Más completamente, Dios ha hablado en la Biblia. De manera más precisa, lo que la Biblia dice, Dios lo ha hablado.”[11]


[1] Gordon Haddon Clark – Karl Barth’s Theological Method, p. 110

[2] Solo Clark a partir de ahora.

[3] Gordon Haddon Clark (1902-1985) fue un filósofo y teólogo Presbiteriano. Su vida académica se desarrolló en diferentes instituciones de renombre, tanto universidades como seminarios. Ayudó a John Gresham Machen a fundar la Presbyterian Church of America (PCA), que luego sería llamada Orthodox Presbyterian Church (OPC). Si bien se le conoce más por la llamada “Controversia Clark-Van Til”, su vida se desenvolvió mayormente en el desarrollo de una filosofía Cristiana, que fue llamada Escrituralismo, escribiendo innumerables artículos y más de 40 libros.

[4] En Clark, a diferencia de en Van Til que hacía un uso más técnico y restringido del término, una presuposición es, según el contexto en que se encuentre la palabra, una suposición previa. El uso Clarkiano en este sentido es más general, no tan específico o técnico como en Van Til.

[5] Puesto que Clark toma prestada la noción geométrica de los axiomas, podemos, entonces, definir axioma, según la RAE, como “cada uno de los principios indemostrables sobre los que, por medio de un razonamiento deductivo, se construye una teoría”.

[6] John W. Robbins – An Introduction to Gordon H. Clark, p. 3

[7] Gordon H. Clark – An Introduction to Christian Philosophy, p. 60

[8] Gordon H. Clark – Atheism, p. 5

[9] O argumento apagógico. En estricto rigor, Clark era más conocido por su cosmovisión, el Escrituralismo, que por sostener un estilo particular de apologética. En este sentido, si queremos darle identidad a la apologética de Clark, podríamos definirla como apologética Escrituralista o Axiomática, aunque los argumentos apagógicos no son exclusivos de la apologética Clarkiana.

[10] Gordon H. Clark – How Does Man Know God? p. 1

[11] Gordon H. Clark – Atheism, p. 5

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